La leyenda de La capa del Estudiante se desarrolla en la ciudad de Quito, para ser más específicos, en el sector El Tejar zona comercial que forma parte de lo que hoy conocemos el Centro Histórico de Quito.
La historia se presenta con una trama inocente al principio y con un final insólito.
La leyenda quiteña cuenta que el joven estudiante terminó una relación sentimental con su novia , y ella tomó una dramática decisión…
Leyenda de La Capa del Estudiante
Esta leyenda cuenta que unos estudiantes se preparaban para presentar los últimos exámenes del año escolar en la ciudad de Quito. Uno de ellos, cuyo nombre era Juan, tenía otros pensamientos en su mente, ya que se encontraba sumamente preocupado por lo viejas que estaban sus botas y que además, no tenía dinero suficiente como para comprarse un par nuevo.
Él era un muchacho vanidoso y le gustaba siempre presentarse a sus exámenes perfectamente bien vestido. Por lo tanto, pensaba que no podía ir a las pruebas con ese tipo de calzado. Sus amigos le aconsejaron que empeñara su capa y que con ese dinero podría adquirir unas botas nuevas.
A Juan no le gustó la idea y después de hablar por varios minutos más con sus compañeros, éstos decidieron prestarle el dinero con una condición:
Tenía la obligación de ir al camposanto de “El Tejar” y buscar la tumba de una mujer que hacía unos días se había quitado la vida. Cuando la hubiese localizado, lo siguiente que debía hacer era clavar un clavo sobre esa tumba. Aquella joven había sido en vida la novia de Juan. Sin embargo, ella tomó la decisión de quitarse la vida, en el momento en el que descubrió que su novio le había sido infiel.
El muchacho estaba indeciso, pues no quería reabrir heridas de su pasado. No obstante, como necesitaba el dinero tomó la decisión de acudir a su macabra cita.
Saltó la reja del cementerio y rápidamente se dirigió hasta donde estaba la tumba de la chica. De uno de sus bolsillos sacó el martillo y el clavo y comenzó a clavar. En cada golpe que daba inconscientemente era como si le estuviera pidiendo perdón a la joven, por el daño causado.
Cuando terminó, Juan quiso volver con sus amigos, pero algo lo detenía, cada intento de huír causaba más desesperación y angustia; tras varios fallidos intentos para abandonar el lugar, se desvaneció.
A la mañana siguiente, los muchachos al darse cuenta de que Juan no había regresado, decidieron entrar al panteón y ver qué había sucedido; luego de unos minutos llegaron a la tumba y vieron cómo el cuerpo de su amigo yacía sin vida al lado de la tumba. Lo más curioso es que la capa del estudiante estaba completamente clavada en la lápida.
La muerte de Juan fue sumamente extraña, pues nadie escuchó el más mínimo ruido.
Datos Interesantes
Ser estudiante en la antigua ciudad de Quito, no solo se trataba de mantener buenas calificaciones, además debía ser respetuoso, buen cristiano, buen hijo y lucir una apariencia impecable. Según la leyenda quiteña, la capa no podía faltar en ningún estudiante.
¿Te Gustó ésta leyenda? Te invitamos a leer: La casa 1028, la leyenda de Bella Aurora