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Sombras del cementerio

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Sombras del cementerio

Las sombras del cementerio de Guayaquil espantan a los noctámbulos que circulan por la zona, sin saber que el mismísimo diablo puede estar más cerca de lo que se imaginan.
Si eres de las personas que se espantan fácilmente, evita recorrer sus inmediaciones cuando los últimos rayos del sol desaparecen y la penumbra empieza a apoderarse de la zona.

Leyenda sombras del cementerio

Hace muchos años, en la ciudad de Guayaquil, vivía con mis hermanos y mis padres en los bajos del cerro del Carmen.

Como éramos una familia pobre y humilde, alguien de casa salía para hacer las compras, sea al mercado o a cualquier sitio que se necesitaba para adquirir algo que nos hiciera falta. Todos salíamos de casa a cualquier hora, menos mi mamá, que solo salía en la mañana o bien temprano en la tarde, porque tenía miedo de pasar por el cementerio, que estaba cerca de la casa. Las vecinas le habían dicho que si pasaba por ese lugar en la noche, se toparía con las sombras del cementerio que eran la misma encarnación del diablo.

Nosotros le habíamos dicho que no creyera en esas cosas, porque muchas veces habíamos pasado por ese lugar y jamás nos habíamos topado con ninguna sombra.

Una noche, como a las nueve de la noche, mi padre se sintió algo enfermo. Como ni mis hermanos ni yo estábamos en ese momento en casa, le pidió a mi madre que fuera a la farmacia a comprar un analgésico para el estómago. A mi mamá no le quedó más remedio que ir, aunque la idea le espantaba por completo.

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Cuando ya había comprado la medicina, al regreso a casa, pasó por el camposanto. Al hacerlo, alzó la mirada y vio cómo se movían un par de sombras en la entrada del cementerio. Gritó de pánico y en una sola carrera llegó a la casa. Entró frenética, sin poder decir qué mismo le había pasado. Mi padre, enfermo y todo, sin poder calmarla, la llevó a la iglesia para que la viera el sacerdote.

Cuando llegaron al templo, mi madre más tranquila pudo contar lo que le había sucedido. Relató que al pasar por el camposanto, justo en la entrada, había visto un par de las sombras del cementerio. Era un hombre bien vestido con terno negro, que llevaba de la mano a un niño con traje de primera comunión. El pequeño tenía los ojos rojos y sus uñas eran grandes, como garras.

El sacerdote, para tranquilizarla, le echó agua bendita en la cabeza y le dijo que el diablo siempre toma diversas figuras para tentar a la gente. Desde ese momento, mi madre nunca más volvió a salir en la noche para no ver a las sombras del cementerio y todo en la casa volvió a la normalidad.

Datos Interesantes de sombras del cementerio

El Cementerio General de Guayaquil, o llamado también Cementerio Patrimonial, es el camposanto más antiguo de la ciudad. Se encuentra ubicado en el centro de la urbe, en la Av. Pedro Menéndez Gilbert y calle Morán de Buitrón, al pie del Cerro del Carmen. Fue fundado el 27 de abril de 1823 por Francisco Xavier de Garaycoa y se mantiene vigente hasta la actualidad. En el mismo se encuentran los restos de 18 presidentes, próceres de la independencia, personajes políticos y figuras conocidas de la historia de Guayaquil y Ecuador.

Posee aproximadamente un área de 169 089 metros cuadrados, y tiene 16 puertas de ingreso, 130 348 bóvedas, 144 808 nichos para restos, 8 441 nichos cinerarios y 1 047 mausoleos.

El 18 de octubre de 2003 fue reconocido como uno de los mejores cementerios de Sudamérica, y fue nombrado Patrimonio Cultural Nacional, por parte del Ministerio de Educación y Cultura, gracias a su riqueza artística fúnebre, de notable influencia renacentista, greco-romana, neoclásica, gótica y barroca.

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