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La Duenda

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La duenda

La leyenda de la Duenda que un cierto día la madre envió a Rosalino y su hermana a traer paja a un sector del páramo denominado El Hondón, ellos muy obedientes lo hicieron con gusto. Ya que una vez allí encontraron muchos Chaquilulos (frutos silvestres típicos del páramo) ellos cogieron muchos y los chupan para después cortar la paja y regresar a casa con ella.

Leyenda de La Duenda

Se les había hecho un poco tarde, emprendieron el regreso muy rápidamente.

Ya en la noche el joven Rosarino empezó a tener visiones diciendo que en el soberado (especie de ático) de la casa estaba su novia, que ella era muy hermosa, que tenía el cabello rubio y los ojos verdes.

Al principio su familia no le creía nada de esto, pensaban que era una broma de Rosalino; pero pasaban los días y él insistía que ella estaba arriba en el soberado y que lo llamaba a subir para acompañarla.

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Pasaron algunos días y el problema persistía, Rosalino perdió el apetito, no quería salir con sus amigos, pasaba encerrado en su casa y cuando llegaba las seis de la tarde, el quería subir por la escalera a donde su novia.

Una tarde al ver que Rosalino insistía demasiado su madre lo amarró junto a la cama y aunque él gritaba que lo dejaran ir donde ella, no lo soltaron.

Durante el día botaban desde el soberado estiércol de vaca y pepas de papaya, su madre y su hermana estaban muy atemorizadas por todo esto, le regaban agua bendita, le ponían un crucifijo pero nada, todo seguía igual.

Rosalino no comía nada, perdió mucho peso y su madre ya no sabia que hacer, no sabía cómo ayudar a su hijo, él deliraba y decía:

– ¡Miren allí está!, si la ven, si la ven, como baila y me extiende sus manos para llevarme…. Si la ven, es la más bonita de todas.

Ciertas noches se escuchaba sonar un tambor y esto les producía más miedo, al punto que dormían con una lámpara encendida.

Llegó un familiar de otro lugar a visitarlos y le comentaron lo que estaban viviendo con el joven.

Don José, el visitante, pidió que le trajeran bastante ajo, lo molió en la piedra y embarro todo el cuerpo de Rosalino, para cuando ella vino en la noche se enojó con él y le dijo:

– ¿Qué te has puesto? sucio hueles mal.

Le halaba el pelo, ya que era el único lugar donde no le habían puesto ajo.

No volveré nunca más a verte dijo la duenda, me voy para siempre y así fue, desde allí la duenda dejo de molestar al joven y este se curó.

Datos Interesantes

El fruto chaquilulo al que hace referencia la leyenda es una especie de uva silvestre comestible que crece en el bosque andino, desde Venezuela hasta Perú, siendo los colibríes quienes más disfrutan de su sabor.

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