La leyenda Sal y Ají, en la Laguna de Yambo, dice que no siempre fue una laguna.
El espacio donde ahora se encuentra la laguna, solía ser un terreno muy amplio y fértil donde la gente de Cotopaxi sembraba sus cosechas.
Sal y ají en la laguna de Yambo
Un día, el agua que llegaba hasta el lugar se terminó. Solo quedaban unos pocos charcos de lluvia. La gente que vivía de las cosechas estaba muy preocupada, pues esos productos eran su sustento y sin agua se iba a secar la tierra y su producción.
Lo único que les quedaba por hacer era rescatar la poca agua que se encontraba en los charcos. Decidieron poner en práctica un viejo truco que usaban sus abuelos, y empezaron a echar sal y ají en los charcos para que no se sequen.
Después de días de trabajo arduo echando ají y sal en cada charco, al fin pudieron descansar. Nadie pudo imaginar lo que se iban a encontrar la mañana siguiente.
¡El terreno donde tenían sus cosechas se había convertido en una enorme laguna!
No entendían cómo había sucedido. Estaban seguros de que habían empleado el truco de sus abuelos tal y como lo habían aprendido.
Con la cantidad de sal y ají que habían usado, el resultado debería haber sido suficiente agua para nutrir a sus sembríos, ¡no una laguna de este tamaño! Estaban perplejos y no encontraban explicación.
Lo que no sabían, es que un pequeño travieso de la zona, había tomado las reservas de sal y ají de sus padres, y la había regado en grandes cantidades por toda la tierra.
Al ver que de su travesura surgió una laguna tan grande e imponente, decidió callar para que no le castiguen por lo que había ocasionado.
Sin embargo, la gente, al no poder encontrar explicación, decidió atribuir la fascinante laguna a una obra de magia. La magia de la naturaleza. Desde ese entonces, a la laguna de Yambo se le conoce como la “Laguna encantada”.
Y a pesar de que nunca supieron la verdad sobre su origen, la laguna sigue ahí, demostrando toda su belleza, el poder y la magia de la naturaleza.
Datos Interesantes de sal y ají en la laguna de yambo
La laguna de Yambo se alimenta de vertientes subterráneas en la parte central de donde nacen sus aguas; por ello, en contraste con otras lagunas del territorio ecuatoriano que pierden tamaño con el tiempo, Yambo crece desde su interior.
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