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El Cura sin cabeza

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El cura sin cabeza

Cuando el cura sin cabeza comenzó a aparecer, la gente comentaba, con temor, sobre la presencia del espectro que atemorizaba a los noctámbulos habitantes de la Atenas del Ecuador. Sin embargo, conforme pasaba el tiempo, empezaron a circular comentarios de que el misterioso jinete, no pertenecía al más allá, sino que era parte de algún convento cuencano.

Finalmente, se descubrió que era un sacerdote de cuestionable moral, que escapaba de su convento, para visitar a varias mujeres con las que mantenía idilios pasajeros, en el barrio de San Roque.

Leyenda del Cura sin Cabeza

Cuenta la leyenda que hace muchos años (de hecho, ya es más de un siglo) había un sacerdote al que le gustaba salir con varias mujeres después de concluir sus misas.

Obviamente, este tipo de conducta era rechazada por los moradores de Cuenca, pero lamentablemente nadie podía hacer nada para evitarlo, ya que el cura era amigo de las autoridades eclesiásticas que en algún momento pudieron removerlo.

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El sacerdote siguió saliendo con varias muchachas solteras, hasta el día se anunció su muerte. Se dice que a su funeral no acudió nadie, salvo el sepulturero, por lo que nunca se pudo confirmar si en verdad el pícaro clérigo en verdad había pasado al descanso eterno.

El enterrador cuenta que cuando comenzaba a echar la tierra sobre el ataúd, la tapa de este se abrió, permitiéndole ver que aquel cuerpo no tenía cabeza.

El hombre terminó de hacer su trabajo y luego se dirigió a una cantina en la que les relató a los asistentes lo sucedido. De inmediato hubo quienes afirmaron:

– De seguro fue el demonio el que se llevó su cabeza al infierno.

Desde ese momento, se dice que el cuerpo del cura vaga por las noches con la esperanza de recuperar su cabeza.

Datos interesantes de la leyenda El cura sin cabeza:

Cuando todo se descubrió, sabían hasta el nombre y apellido, del clérigo, y los feligreses que salían de misa relataban las andanzas del cura sin cabeza.

Muchas personas comentan también, que lo curioso del caso es que hasta ahora existen curas “sin cabeza”.

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