Mamá Romualda

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Mamá Romualda

Mamá Romualda, una mujer consumida por la avaricia, ya que toda su fortuna sin tener con quién compartirla era tan solo una ilusión.

Esta leyenda nos enseña la importancia de valorar las relaciones humanas y de no permitir que el deseo de acumular riquezas nos aleje de las personas que nos rodean.

Leyenda Mamá Romualda

En Huertas, en la provincia del Azuay, en las tierras altas de Shaglli, existen varias formaciones líticas que tienen figuras de animales y humanas.

Al verlas es como si sobre ellas hubiera pasado el viento del tiempo y convertido en Piedras las almas que representan.

A una de estas formaciones se le conoce como Mamá Romualda, una impresionante piedra que tiene la forma del rostro de una mujer anciana.

Cuenta la leyenda que Mamá Romualda fue una mujer que poseía el don de convertir a todo lo que le rodeaba en riquezas; tenía tierras, animales y sembríos; pero su gran defecto, sin embargo, era la codicia.

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En cierta ocasión, un hombre de la comunidad, que lo había perdido todo en una sequía, se animó a visitar a Mamá Romualda para pedirle ayuda para él y su familia. Con voz suplicante, el hombre le dijo:

¡Oh Mamá Romualda, mi familia y yo lo hemos perdido todo, no tenemos nada que comer, apelo a tu buen corazón y generosidad para salir de este problema; Ayúdanos con algo, Mamá Romualda!

La mujer frunció el ceño y le contestó con desprecio:
¿Acaso crees que lo que tengo me ha venido del cielo?
¡No me molestes!
Fuera de aquí, fuera de mis tierras, eso te pasa por vago.

El hombre desesperado regresó a su casa y soltó a llorar porque no consiguió nada para ofrecer a su familia.

Frente a la poca generosidad de Mamá Romualda, la gente del pueblo, indignada por su actitud, decidió darle una lección: no volvieron a pasar palabra con ella.

En un principio Mamá Romualda sintió alivio, nadie iba a molestarle ni pedirle ningún favor; pero poco a poco, el desprecio del pueblo hacía mella en su carácter, entonces huyó hacia el monte y se fue a vivir allí sola en las alturas del monte Shaglli.

Ya en el cerro, la mujer se preguntaba de qué le servían tanto dinero si no podía compartir con nadie. Sola y triste en medio del Silencio, la anciana se lamentaba:
¿Acaso me sirven tantas riquezas?
¿Por qué no ayudé al hombre cuando lo necesitaba?
¡Qué tristeza vivir tan sola, todos me han apartado!

La gente del pueblo que no era mala empezó a sentir pena de la anciana, se reunieron y fueron a buscarla en el cerro.

  • Mamá Romualda, ¿dónde estás?
  •  Mamá Romualda venimos a buscarte.
  • ¿Dónde estás? Te hemos perdonado.

Todo intento por hallar viva a Mamá Romualda fue en vano, lo que sí encontraron en el lugar donde había elegido aislarse fue una gran piedra que tenía esculpida el rostro de la anciana que miraba el horizonte con una profunda pena.

Datos Interesantes

La parroquia Shaglli es una de las cinco parroquias que pertenecen al cantón Santa Isabel, ubicado a unos 40 kilómetros de la ciudad de Cuenca, en la zona austral del País al Oeste de la provincia del Azuay.

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