La mondongada es un montón de tripas o intestinos que está al asecho de cualquier incauto pasado de copas y trasnochador, se esconde en las esquinas y está lista para atacar…
Como casi todas las leyendas de la provincia verde, la mondongada también resalta por su fuerte y curiosa carga de terror imaginado.
Leyenda la mondongada
Se sostiene que la mondongada es el terror de los trasnochadores que deambulan por calles, plazas y callejones del casco urbano de la capital esmeraldeña y que además atraviesan los solitarios caminos y carreteras que cruzan las campiñas de la provincia.
Afirman que es un montón de tripas que persigue al bebedor consuetudinario enredándose en sus pies hasta hacerlo caer para, de inmediato, envolver todo su cuerpo, apretarlo fuertemente hasta dejarlo inconsciente en la calzada o cualquier lugar donde se encuentre.
Ancianos y contadores de fábulas sostienen que efectivamente muchos borrachitos han encontrado la muerte, pues a la mondongada dizque se le pasó la mano en su apretada y la víctima del ataque pasó al más allá por la asfixia ocasionada.
Los sobrevivientes de la terrible pesadilla aseguran que en sus brazos y piernas quedaron por algún tiempo las huellas de los apretujones y moretones causados por la mondongada, que acompaña sus ataques con salivazos y las babas que maquillan su rostro.
Datos Interesantes
Los primeros negros que llegaron a Esmeraldas procedían de un barco proveniente de Panamá cargado de mercancías rumbo a Perú que recaló frente a la costa de Atacames, en la zona llamada Rocas de San Mateo en octubre de 1553.
Al internarse en el continente sometieron a las tribus indígenas como los Atacames, cayapas, etc. gracias a las armas de fuego, pero también al temor que inspiraban entre los indios. Como estos nunca habían visto a gentes de raza negra, los cayapas los denominaron «malaba» (malo), o «juyungo» (diablo).
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